CASO

Esta historia empieza a contarse desde ECOFUTURO, que es una fundación nacida de la inquietud de un grupo de estudiantes de diversas carreras, con un deseo en común: hacer algo por el medio ambiente desde las iniciativas comunitarias. Hoy en día la fundación solo cuenta con un profesional dedicado a ella, quien es Cecilia, ya que sus antiguos compañeros tomaron rumbos diferentes y se concentraron solo en sus trabajos remunerados. Afortunadamente, a la labor de la fundación desde hace ocho meses se han vinculado cuatro estudiantes de pregrado, quienes han desarrollado diversos estudios técnicos en torno al humedal, como parte de sus respectivos trabajos de grado.

Cecilia es una profesional en Ecología, quien trabaja como asesora ambiental de varias empresas de la ciudad de Popayán, pero dedica gran parte de su tiempo a la fundación. Es una persona muy noble, con gran carisma y sobre todo creyente en las causas perdidas, como mucha gente le dice al escucharla hablar una y otra vez de su querido humedal; “Defensora de las causas perdidas”.

Ella le ha pedido asesoría y colaboración a su gran amiga y colega Mariana, quien ha logrado experiencia en el campo de la gestión de proyectos y cuenta con una Maestría en el tema, también posee un espíritu generoso y aventurero, lo que la impulsa a trabajar en zonas deprimidas de las ciudades, donde generalmente los problemas ambientales se agudizan, ha trabajado en Bolivia, Perú y Ecuador, donde ha podido desarrollar experiencias exitosas de recuperación de ecosistemas degradados con financiación internacional.

Las amigas se reencuentran en la sede de ECOFUTURO, que es un salón ubicado dentro de la casa comunal del Barrio El Boquerón que Cecilia ha ganado a base de trabajo comunitario y que la gente ha sabido reconocer. Los enseres de oficina constan de un escritorio, una mesa de trabajo, varios asientos y un archivador, donados por los vecinos del barrio, el artículo mas valioso es el computador aportado por Cecilia y lo aprovechan algunos de los líderes comunitarios del barrio.

Cecilia llega al aeropuerto para recibir a su amiga Mariana, mira a lo lejos como poco a poco van descendiendo los pasajeros, cuando aparece su amiga, la reconoce de inmediato, no ha cambiado mucho desde que terminaron la universidad y tomaron rumbos diferentes. Al estar frente a frente las amigas sonríen y se abrazan calurosamente.

– Hola Mariana, me alegra muchísimo volver a verte y aun mas que hayas decidido ayudarnos en el proyecto que tenemos con la fundación para la recuperación del Humedal Pubenza.

– Hola amiga, no sabes cuánto te he extrañado, te veo igual, un poco más delgada, te estas cuidando……..– Mariana responde no mucho.

Abordan un taxi y mientras se dirigen a la casa de Cecilia, que es en donde Mariana vivirá durante el tiempo que dure el proyecto, las amigas dialogan alegremente trayendo recuerdos agradables, preguntan y responden sobre quienes fueron sus compañeros y se ponen al día.

– La verdad, para venir hasta acá no tuve que pensarlo mucho, a penas leí tu correo donde me comentabas sobre el apoyo y la acogida por parte de algunos miembros de la comunidad aledaña al humedal y como han empezado a organizarse, no dude en venir a conocerlo y trabajar contigo para aportar mi poca experiencia.

– Mariana, no seas tan modesta; para nosotros es un privilegio contar con una profesional calificada en la gestión de proyectos a nivel internacional. A ver si así logramos hacer realidad nuestro sueño de recuperar el humedal.
– Ceci, gracias por las flores, vamos al grano; me gustaría que me contextualizaras con detalle lo del humedal.

¬– Bueno, te voy a contar todo el rollo desde el principio:
La historia de la ocupación del territorio de Popayán se ha dado por diferentes circunstancias, enmarcada por una fuerte incidencia de los inmigrantes venidos de zonas rurales, generalmente desplazados por la violencia de los 40 y 50, quienes debido a sus reducidos recursos económicos ocuparon sitios inadecuados para la construcción de viviendas, entonces, durante el proceso de expansión de la ciudad la mayor parte de los humedales fueron desecados y rellenados, sin tener en cuenta las consecuencias de humedad, las inundaciones y la inestabilidad características de estos suelos para los asentamientos humanos.
Posteriormente, con el terremoto ocurrido en 1983, la cuidad sufrió el mayor de los procesos de inmigración, llegaron unas 26.400 personas que se instalaron en zonas de gran valor ambiental, formando invasiones, obviamente, en forma desordenada y sin ninguna planificación, reduciendo aún más las áreas de los humedales, hoy en día, la ocupación de este tipo de territorios continúa por los desplazamientos actuales pero no en la misma medida que la posterior al terremoto. El humedal Pubenza, obviamente no ha sido la excepción a estas circunstancias.

– Hay mi Ceci, lastimosamente, este es una problema común en casi todos los humedales.

–Sí, pero en el momento, lo que más nos inquieta y de lo cual tendremos que estar atentas, es el nuevo barrio, el de Las Madres Solteras, dieron la licencia de construcción para 60 viviendas, pero los constructores, ignorando los términos de la licencia, construyeron 103 casas en total y no ejecutaron el plan de manejo ambiental previsto para la obra.

–Y de todo esto, la autoridad ambiental, no se ha pronunciado?
– Pues, a través de Ecofuturo se puso en conocimiento a la CRC (Corporación Autónoma Regional del Cauca) de la situación, cuando aún estaban construyendo las casas no autorizadas; pero ellos realizaron la visita técnica cuando la construcción prácticamente había finalizado, aunque el daño ya está hecho, el no tomar cartas en el asunto sería un aliciente para que cualquier constructor inescrupuloso siga invadiendo el humedal, además, la instalación de las personas en las casas restantes también causaría impactos ambientales.

–Pero, como así, es que no todas las casas están ocupadas?

–No, hasta el momento solo están habitadas las 60 autorizadas que fueron las que primero se terminaron, las 43 restantes están en obra negra porque ahí fue cuando intervinieron la CRC y la policía; pero ya sabes que en estos barrios, evitar la ocupación de estas casas, aún en ese estado es muy difícil de controlar. Tengo entendido, que se instauró un proceso judicial, creo que es una acción popular, estamos en la espera que con la sentencia se controle el proceso de invasión, pero esos procesos son tan largos!!!!!!!!

–Pero, ahí la autoridad ambiental demostró su ineficiencia.

–Pues sí, lo único que nosotros podemos hacer, es estar atentos a este tipo de arbitrariedades e instruir a la comunidad en el daño que están haciendo para que se denuncie.

– Si, es muy frustrante esta situación. Retomemos nuestro trabajo, supongo que vamos a realizar visitas de campo, quisiera hacerme una idea de que tamaño tiene el humedal.

– A ver te cuento Mariana, el Humedal Pubenza tiene aproximadamente 7.3 hectáreas y un área de protección de 2.7, siendo el de mayor extensión de la ciudad, además, está reconocido dentro del Plan de Ordenamiento Territorial como un área de protección, por cierto, las aguas del humedal drenan a la quebrada Pubenza que es afluente del río Ejido, uno de los ríos emblemáticos de la ciudad, aunque se encuentra muy contaminado.

– Pero esto podríamos plantearlo como una fortaleza del proyecto, si este río es uno de las más importantes de la ciudad, tal vez al municipio le interese a futuro, formular un plan macro de recuperación de la cuenca de ese río, al restaurar el humedal se estaría contribuyendo a la descontaminación y al aumento del caudal del Ejido, sin restar la importancia que el humedal es el más grande de Popayán.

– Con respecto a las salidas de campo, no te preocupes, mañana mismo tenemos programada la primer visita con acompañamiento de algunos de los líderes comunitarios.

– Bueno Ceci, parece que me vas a poner a trabajar duro!!!!!!

– Claro!!!! Y aquí tienes estos documentos para que te diviertas esta noche, pero no te vayas a trasnochar, porque mañana salimos a las 7 de la mañana.

Al día siguiente, las dos amigas se preparan para salir al humedal; visten sus trajes de campo: gorra, camisas de manga larga, jeans viejos, botas y guardan unos dulces en los bolsillos del pantalón. Toman algo ligero de desayuno y salen para coger la ruta del bus que las deja en el barrio El Boquerón; al llegar al barrio el cielo está un poco nublado mas no parece que va a llover.

Se saludan con dos líderes comunitarios que las acompañarán al recorrido por el humedal; Cecilia les presenta a su amiga, con quien inmediatamente entablan conversación.

– Buenos días, les presento a Mariana, ella nos va a ayudar a estructurar mejor el proyecto para lograr la financiación. Mira Mariana te presento a Doña Gerardina y a Don Ernesto ellos conocen mucho de este problema porque lo han vivido.

– Mucho gusto Doctora!!. Exclaman al unísono Gerardina y Ernesto.

– Doña Gerardina es la presidenta de la Junta de acción Comunal del Barrio El Boquerón, ella ha ocupado este cargo durante 17 años, así que conoce muy bien la problemática del humedal – vuelve a comentar Cecilia.

– Si doctoras; es que hoy en día es difícil que la gente adquiera compromisos con el barrio , por que a uno el tiempo que invierte en todas estas actividades nadie se lo paga, todo se hace desinteresadamente y por puro amor a la comunidad y a este lugar!!! – exclama Gerardina.

– Y Don Ernesto es líder comunitario del Barrio Jorge Eliecer Gaitán – agrega Cecilia.

Los cuatro personajes empiezan a hacer el recorrido por el humedal, a medida que se adentran el terreno se va volviendo más fangoso, no logran ver el espejo de agua porque está cubierto por macrófitas y en otras por pastizales.

– En el barrio, con mucho esfuerzo y con ayuda de ECOFUTURO se ha logrado que algunos jóvenes participen en las jornadas de limpieza del humedal, pero todavía es mucho el trabajo que nos falta, sobre todo con las ladrilleras que funcionan acá. – dice Ernesto.

– Eso es cierto, pero con el trabajo conjunto ya verán que sacamos este proyecto adelante. Ahora si, por favor ubíquenme, porque necesito saber en dónde estamos parados!!!!! – habla Mariana.

Desde el punto donde se encuentran los personajes se observa un paisaje dominado por casas de diferentes estilos, tamaños, colores y materiales. Las hay de ladrillo y techadas con tejas de barro, provenientes de las ladrilleras locales, también hay casas de madera que son las de invasión, aunque por su apariencia, es evidente que fueron construidas desde hace un buen tiempo, claro está, que por falta de cuidado parecen de mayor tiempo al que realmente deben tener, obvio, la pobreza no se puede esconder.

– Ahora, estamos en el sur de la ciudad, exactamente en el extremo sur oriental de la comuna 6. Mira, los barrios que están a nuestra izquierda son Nuevo Japón seguido por el barrio Los Tejares y a la derecha está la Loma de la Virgen, el que vemos aquí en frente es el Barrio Manuela Beltrán; también están Jorge Eliécer Gaitán y Camino Real, que no los alcanzamos a observar pero que hacen parte del área de influencia del humedal; por último están esos Cerros tutelares (con su brazo señala los cerros), aledaños en los que se asientan los barrios Calicanto, La Paz Sur y las Veraneras. Ah, y claro está los barrios que acabamos de pasar: El Boquerón que es desde donde iniciamos el recorrido y el de Las Madres Solteras que ya te he comentado. Estos barrios pertenecen a los estratos 1 y 2, hay alta concentración de habitantes, aún quedan algunos terrenos libres, aptos para ser declarados zonas de protección. –Explica Cecilia (Anexo A).

Los personajes continúan con su caminata, a su alrededor se observan arbustos por los cuales pasan volando cerca varias garzas (Bubulcus ibis) y algunas torcazas (Zenaida auriculata), entre tanto, la conversación continua con algunos chistes, Mariana ofrece los dulces de menta que guardo.

– Doctora, mi papa me contaba que antes los pantanos comprendían lo que hoy son los barrios Primero de Mayo, Los Comuneros, Sindical segunda etapa, El Deán, Nuevo Japón y otros nuevos, entonces, los humedales eran grandes y bonitos – cuenta Ernesto.

– Claro!!! Si yo recuerdo que cuando era niña, y de eso un poco de años, íbamos a jugar con mis hermanos, sacábamos matas de agua y peces de colores. Uno podía encontrarse con muchos animalitos, sobre todo varias clases de garzas y habían algunas que uno solo las veía una sola vez al año. También había muchos árboles de guamo y arrayán que daban buena sombra. Ah, qué tiempos aquellos.

Ahora se encuentran cerca de una de las ladrilleras, hechas con un cobertizo sencillo, con pilares en guadua y tejas de barro, al fondo está ubicado el horno construido en ladrillo, coronado por una chimenea de unos cuatro metros más o menos, el techo está cubierto de hollín y en las inmediaciones de la construcción el paisaje es de un desolado rojizo. Después de observar algunos minutos el paisaje, prosiguen la caminata y la conversación.

– Doña Gerardina, le digo doña porque así se dice aquí en Popayán, no porque la considere vieja, tengo entendido que desde esa época ya había algunos galpones para fabricar tejas y ladrillos con el barro que se extraía de aquellos pantanos –menciona Cecilia.

–No doctoras, si las primeras ladrilleras que existieron en la ciudad fueron las de La Ximena y Las Monjas; los huecos que dejaban los galpones los llamábamos “los saquis”, por que de allí se sacaba el barro y quedaban grandes huecos que poco a poco se llenaban con agua del pantano, algunos eran tan grandes que hasta nadábamos en ellos – cuenta Gerardina.

– Y hoy en día cuantas ladrilleras existen? – pregunta Mariana.

– Vea doctora, en este momento hay 2 funcionando, son las mismas de siempre: la Ximena y las Monjas; pero, en una época aumentaron, cuando la gente vino a formar sus cambuches y luego quiso tener su casita con ladrillos, entonces se necesitó mucho material, las viejas ladrilleras no daban abasto y se crearon nuevas, pero al final desaparecieron – explica Ernesto.

– Bueno señores, – interviene Cecilia ¬– les cuento que, el suelo de esta zona es de procedencia fluvio – lacustre, provenientes de antiguas terrazas aluviales, formadas por la sedimentación de un antiguo río y sus lagunas ocasionales o permanentes. Los vestigios más evidentes de la existencia de este río, son la quebrada Pubenza y las ciénagas adyacentes que hoy componen el humedal, la capa superficial de estos suelos es de consistencia blanda y es allí en donde se encuentran las canteras de arcilla.

–Bueno y ustedes como han visto que esta actividad a afectado el humedal? – pregunta Mariana.

–Las ladrilleras funcionan con hornos de leña y la madera que utilizan la cogen del humedal, por eso es que casi ya no hay árboles, como los había antes. – manifiesta Ernesto.

– Yo creo que ese hollín que se acumula en las hojas de las matas que están cerca de las ladrilleras las ponen marchitas y no las deja crecer, además ese humo que sale es malo sobre todo para los niños por eso pasan enfermos de tos – opina Gerardina.

– Las dos ladrilleras que tradicionalmente han estado funcionando en la zona, tienen orden de cierre desde hace cuatro años por que no se les aprobó la licencia ambiental; la CRC le ha pedido a Ecofuturo y a los lideres, conformar un comité para servir de mediador en este caso, porque tampoco se trata de dejar a la gente sin trabajo; si no de realizar la actividad bajo parámetros ambientales, pero la problemática es diversa, no son solo las ladrilleras las que están causando impactos negativos al humedal; primero que todo, el área del humedal no se encuentra delimitada, por ello siguen haciendo drenajes y rellenos para proyectar planes de vivienda, sin tener en cuenta el riesgo que implica construir sobre superficies húmedas o fangosas; además del detrimento ambiental que causan estas actividades; el problema se agrava por la contaminación producida por los vertimientos de aguas residuales provenientes de los barrios Nuevo Japón y Camino Real que no poseen alcantarillado público y por los residuos sólidos, sobre todo escombros, que son depositados en el humedal – expresa Cecilia.

– Si doctoras, es que los humedales han sido tratados sin respeto, los han secado y destruido, acabando con las plantas, se han hecho drenajes, desviándolos, botando basuras, por eso es que ahora la gente ya no se puede ni bañar, ni pescar en el humedal; mis nietos ya no pueden tener una niñez como yo la tuve porque nosotros, sin gastar un peso nos entreteníamos allá todo el día; ahora, los niños no tienen sitio para jugar ni para que aprendan a querer la naturaleza – declara Gerardina.

– Mariana dice: son más de las doce, esta primer visita ha sido muy interesante, muchas gracias a todos por hacerme conocer más del humedal.

– Gerardina y Ernesto, muchas gracias; ustedes como siempre tan colaboradores, nosotras vamos a seguir trabajando, cuando programemos otra visita les estaré informando – dice Cecilia.

– Con mucho gusto doctoras, usted y su amiga son siempre bienvenidas, también uno aprende!!! – exclama Gerardina y Ernesto dice gracias.

– Ustedes saben que nosotros somos los más interesados en colaborar para que el humedal Pubenza se convierta en el humedal que soñamos – señala Ernesto.

Una vez finalizada la visita las dos amigas deciden almorzar para después dirigirse a la sede de Ecofuturo.

– Dime Mariana, qué opinas de lo que acabas de ver.

– Que tristemente el humedal esta en un avanzado estado de deterioro y que para su recuperación se va a necesitar una inversión muy grande. Las pocas áreas de humedales que aún existen en el país, hoy en día enfrentan una serie de problemas que son comunes a todas, causados por múltiples factores de presión como el desarrollo urbano, la invasión de las zonas de ronda, la descarga de aguas residuales en algunas ocasiones de forma directa y en otras por conexiones erradas del sistema de alcantarillado, la disposición de gran cantidad y tipo de residuos sólidos, incluso algunos están afectados por las actividades de pastoreo de equinos y vacunos en sus zonas de ronda, la invasión de especies vegetales ajenas a las condiciones físicas, bióticas e hidrológicas del humedal y el desvío de sus aguas; todas estos impactos son producto de las actividades diarias del hombre. Así que la formulación de un buen diagnostico, que involucre todos los aspectos ambientales afectados y a todos los actores que de alguna u otra forma se benefician y afectan el humedal, es fundamental para poder realizar un Plan de manejo ambiental que proponga soluciones viables y sostenibles en pro de la recuperación.

– Claro, el diagnostico es crucial porque de ahí partimos, además nuestro objetivo inmediato es formularlo, éste define el estado de los recursos naturales, permitiéndonos identificar y caracterizar los problemas, causas y efectos, dentro del entorno del humedal.

Te voy a hacer un breve recuento de lo que hasta el momento, con muestreos preliminares, hemos encontrado en la zona; ya te había comentado que aunque no hay recursos destinados para el humedal; logramos conseguir cuatro estudiantes del programa de Ecología que están realizando sus trabajos de grado, ECOFUTURO les está aportando la asesoría en cuanto al análisis y la interpretación de resultados, con miras a formular el proyecto de recuperación que esperamos gestionar contigo. En cuanto a la vegetación nativa original, hoy solo quedan algunos individuos dispersos, siendo inexistente la franja ribereña protectora; no se han realizado repoblaciones forestales para recuperar la cobertura, por el contrario, como te comentó don Ernesto, la poca vegetación existente es utilizada como leña. Del inventario que realizó Rubén uno de los estudiantes de ecología, solo se encontraron cuatro especies arbóreas: Salix humboldtiana (sauce), Guazuma ulmiflora (guacimo) y Cassia spectabilis (acasia); pero las especies predominantes son las poaceas y las ciperáceas (ver Anexo B).

– Es muy poca la diversidad vegetal, así que supongo que también habrá pobreza en la fauna asociada – dice Mariana.

– Si, la verdad es que solo se encuentran unas pocas especies de aves (ver Anexo C), pero que no todas son exclusivas de los ambientes acuáticos. Bueno dice Cecilia, pero te estaba comentando sobre la vegetación, tenemos un problema con las macrófitas , que a causa de la contaminación están invadiendo el espejo de agua y en el momento no se están tomando medidas para su control.

– Este es un punto crítico, porque las poblaciones de estas plantas crecen de manera exponencial, impidiendo la penetración de la luz y aumentando la materia orgánica suspendida deteriorando la calidad del agua.

– También tenemos mediciones de parámetros físico químicos y bacteriológicos (ver Anexo D).

– Pero lo que tenemos es buen material para empezar – expresa Mariana.

– Claro, al fin y al cabo los datos arrojados por las tesis de los muchachos, son recientes y confiables, porque nosotros mismos ayudamos a tomar las muestras y supervisamos!!!!!!!

– Mira, qué te parece si complementamos toda esta información técnica y buscamos la participación de la comunidad, ya tenemos la colaboración de algunos líderes y podemos contactar a otros para que cada uno de ellos nos aseguren la participación de varios habitantes por cada barrio, para tener una muestra representativa que nos indique con mayor confianza la problemática vivida desde los diferentes sectores que inciden en el humedal, cada uno puede tener problemas distintos.

He estado pensado que una buena opción es empezar a trabajar con talleres participativos que nos permitan capturar las inquietudes y manifestaciones sobre los problemas ambientales que tiene la gente. De igual manera, es muy importante además establecer la percepción sobre lo negativo se puedan reconocer los sueños, las expectativas y visiones prospectivas de la comunidad en torno al humedal como parte fundamental en su territorio.

– Es una muy buena idea Mariana, además, que te parece si utilizamos los mapas parlantes que resultan de realizar la cartografía social , para reconocer con mas facilidad los problemas, pero existe un inconveniente, que para obtener todos los puntos de vista debemos incluir a los dueños de las ladrilleras, a los constructores y a la autoridad ambiental y reunir a toda esa gente si va a ser muy difícil.

– Si, tenemos que hacerlo, lo más obvio es enviar cartas de invitación a la actividad e insistir con visitas personales, hasta que logremos tener a todos estos actores en un mismo sitio, algo nos inventamos para motivarlos.

Después de tres meses de continua insistencia, múltiples disgustos y decepciones, la tarea de Mariana y Cecilia apoyadas por Ernesto, Gerardina y otros líderes comunitarios que se incorporaron al proceso, por fin se vio algo, lográndose realizar la tan anhelada actividad que se desarrolló durante dos fines de semana, la primera jornada se desarrollo en la casa comunal del Barrio El Boquerón y la siguiente en el auditorio de la CRC. Aunque no se logró la presencia de los constructores, si asistieron los representantes del Barrio de Las Madres Solteras, incluyendo los de las casas que fueron construidas sin licencia, que a la fecha se encuentran habitadas; de igual manera, se contó con la presencia de los propietarios de las dos ladrilleras y representantes de los barrios La Loma de la Virgen, Nuevo Japón, Los Tejares, Manuela Beltrán, El Boquerón, Las Veraneras y Calicanto.

Para la primer jornada fue necesario que todo el equipo comunitario, incluido ECOFUTURO, que hasta la fecha se había conformado con los cuatro estudiantes, Cecilia, Mariana, Gerardina y Ernesto, trabajaran para conseguir las sillas, los refrigerios y la papelería, entre otras cosas; así que llegado el día todos los organizadores compartían emociones similares con mas familiaridad pero con miedo al rechazo manifestado en la inasistencia o por los conflictos que durante el taller pudiesen salir a flote, de todas maneras había un interés común que necesitaba preponderarse.

A las 8:10 a.m., empezaron a llegar algunos participantes hasta que cerca de las 9:00 a.m., se contaba con la presencia de 33 representantes de los barrios aledaños, un funcionario de la CRC y los dos propietarios de las ladrilleras, eran 44 personas, incluido el equipo de ECOFUTURO.

Se inició con una breve explicación de lo que es un humedal, su importancia y funciones; así mismo se hizo un recuento de los trabajos comunitarios y de investigación que se han desarrollado en torno al humedal y de la problemática ambiental que lo afecta, nada social se puede hacer solo.

Luego se conformaron mesas de trabajo, cuyo objetivo fue el expresar como es hoy el área de influencia del humedal, para ello se hicieron dos preguntas, cuyas respuestas debían quedar plasmadas en un mapa; éstas fueron: ¿Cómo perciben el humedal? y ¿Cuáles son los principales problemas que existen hoy en el humedal?

En el transcurso de este ejercicio, la mayoría de la gente se veía motivada y activa; todo estaba en relativa calma, aunque muchas voces que opinaban al tiempo, de pronto, un grito desvió la atención de los participantes, provenía del grupo en donde se encontraban Don Martín, propietario de la ladrillera La Ximena y Santiago, funcionario de la CRC.

– Y entonces qué? Usted me va a mantener o qué?, si me cierran la ladrillera me va a tocar pedir limosna – vociferaba Martín; un hombre de aproximadamente cincuenta años, de mediana estatura, contextura gruesa, curtido por el sol y que se lo nota fuerte.

– Pero no se exalte Martín, aquí estamos para trabajar en conjunto, para buscar una alternativa más viable – dice calmadamente Santiago, de las CRC.

– Siiiiii, para usted es muy fácil venir a decirme lo que tengo que hacer, pero no se da cuenta que yo tengo que darle de comer a mi familia!!!!!!!! – exclamo Martín, muy alterado.

– Pero Martín, cálmese por favor, mire que para poder hacer un buen trabajo no necesariamente todos tenemos que pensar igual, es muy valioso su punto de vista y sus necesidades para buscar una solución que nos beneficie a todos ¬– trata de conciliar Cecilia.

¬– Ay doctorcita, SABE QUE!!!, yo mejor me largo, aquí no tengo nada que hacer – sale furioso del recinto Martín.

– Como así que van a cerrar las ladrilleras? – pregunta preocupado Don Agustín, quien es el dueño de la ladrillera Las Monjas.

– No, tranquilo – dice Santiago – usted sabe que nosotros como autoridad ambiental debemos proteger el ambiente pero no en perjuicio de la gente. Nuestro objetivo no es cerrar las ladrilleras, es simplemente que ustedes colaboren cambiando un poco la forma de hacer los ladrillos; ese es un trabajo que debemos realizar juntos, mejoramos el entorno sin que usted pierda su negocio, para eso estamos.

– Bueno, pero y eso cuanto me va a costar?

– No necesita plata, lo que necesita es estar dispuesto a trabajar con nosotros; tenga, esta es mi tarjeta, el martes lo espero en mi oficina y le explico otras cosas que a usted le interesa saber.

– Gracias, espero que sea cierto todo lo que me dijo y que no me vaya joder.

– Bueno señores, se dan cuenta, que hablando se resuelven los problemas, aquí podremos tener muchos conflictos pero si cada uno cede un poquito se pueden lograr cosas grandes, lo importante es dialogar, ven que llegamos a un acuerdo; Si alguien tiene algo que aportar………? – Pregunta Cecilia.

En el fondo del salón alguien levanta la mano y procede a hablar:
– Mi nombre es Eugenia Cardona, soy representante del barrio Las Madres Solteras, nosotros sabemos que las últimas casas construidas no tienen licencia, pero de todos modos no vamos a dejar que nos saquen, miren ese barrio fue construido después de muchos años de esfuerzo, de voltear de aquí para allá; ahora no nos pueden decir que por recuperar el humedal nos van a sacar, además, lo que esta echo no permitiremos que lo destruyan.

– Doña Eugenia, para nosotros es muy valiosa su presencia, como mi compañera le dijo a Don Agustín, es fundamental que todos los que tenemos que ver con el humedal estemos aquí para construir una solución duradera y que en vez de afectarlos a ustedes los beneficie – dice Mariana.

– Claro, ahora solo queda conciliar, buscar una salida para este problema, usted tiene toda la razón, las construcciones ya están hechos, el daño ambiental también; no pretendemos dejar en la calle a esas familias que están viviendo en esas casas; lo que queremos es que no vuelva a pasar, que no permitamos que se siga quitándole espacio al humedal y de paso a ustedes – dice Santiago.

– Si, yo aquí no vine a pelear, nosotros vivimos aquí y queremos participar – manifiesta Eugenia.

El resto de la primera jornada y la segunda, se realizó en el auditorio de la CRC, allá no surgieron mayores polémicas que valga la pena mencionar, aunque los asistentes que no fueron todos los iniciales no dejaban de hacer saber su desconfianza.

De estos ejercicios, el resultado base fue el mapa parlante (Anexo E) del cual se derivaron el cuadro de priorización de impactos (Anexo F) y el diagrama Causal (Anexo G); a partir de esa información y durante la segunda jornada se logró construir un borrador de matriz de impacto ambiental, que fue perfeccionada (Anexo H) por el equipo de trabajo de ECOFUTURO.

Otro de los resultados del trabajo conjunto de las jornadas, fue la proyección de tres escenarios (Anexo I), en donde los participantes lograron construir imágenes del futuro, partiendo desde la problemática conocida; es decir, lo que podría pasar al tomar diferentes decisiones o seguir igual. La mayoría de los participantes reconocieron que sus actuaciones si estaban afectando y transformando el humedal y que convenía pensar y actuar todos en conjunto.

Una de las necesidades que surgió de los talleres fue la producción de una cartilla para difundir la importancia del humedal a toda la comunidad; durante la segunda jornada, Santiago quien dio muestras de ser un buen trabajador social, se comprometió a gestionar en la CRC los recursos para publicarla.

Así, después de cuatro semanas, las amigas se dirigen a cumplir su cita en la CRC que opera en el centro de la ciudad, en el funcionan la lotería y la electrificadora del departamento y otras oficinas.

– Buenos días Santiago, parece que permaneces muy ocupado!!! – reclama Mariana con una sonrisa porque se demoro en atenderlas.

– Qué pena con ustedes, pero conseguir recursos aquí no es tarea fácil, por favor pónganse cómodas. Les tengo buenas noticias: se aprobó el presupuesto para publicar la cartilla del humedal; la CRC y en especial el área de recursos hidrobiológicos está dispuesta a colaborar con todo lo que de aquí en adelante se requiera, pero no podemos hacerlo con más recursos financieros, por que el presupuesto de este año ya está comprometido. Pero les reitero, mi deseo es colaborarles en lo que yo pueda y consiga convencer a los jefes – dice Santiago.
– Santiago, que bueno!!, es un avance muy grande que nos patrocinen la cartilla, tu has sido testigo de todo el esfuerzo y tiempo que hemos invertido en el humedal sin que nadie nos haga caso. Nuestro objetivo es formular el proyecto y enviarlo a organismos internacionales, de lo contrario, vamos a seguir estancados y el humedal deteriorándose –señala Cecilia.

– Es una lástima que la autoridad ambiental no tenga estructurado un departamento dedicado a capturar las iniciativas de la gente para gestionar recursos en estos proyectos, a nivel internacional si se destinan recursos para invertir en estos temas. Esperamos que el humedal Pubenza, se convierta en una iniciativa exitosa para que en el futuro podamos estar hablando en crear ese departamento, que te parece? – pregunta Mariana.

– Pues, señoritas, eso es lo que necesita este pueblo; sigan adelante, ojala este proyecto sea lo que ustedes y la comunidad sueña – exclama Santiago.

– Santiago al fin van a trabajar con Don Agustín? – pregunta Cecilia.

– Apenas estamos empezando, pero lo bueno es que Don Agustín resultó ser una persona muy asequible y está muy interesado en incorporar la producción más limpia en su actividad; además, es muy amigo de Don Martín y parece que lo está convenciendo.

– Buenísimo, si todo sale bien con Agustín, lo más probable es que Martín también quiera hacer lo mismo, si se mitigan los impactos ambientales que provocan las ladrilleras es una ganancia enorme, la gente no ha calculado lo valioso de los humedales!!! – dice Mariana.

– Eso es cierto, ya sabes que en lo que podamos ayudar, estamos disponibles – dice Cecilia.

– Muchas gracias, las voy a tener en cuenta.
– No te quitamos más tiempo, hasta pronto y muchas gracias nos estamos comunicando –se despiden Cecilia y Mariana.

A los dos meses la cartilla (Anexo J) finalmente se publicó, pero el entusiasmo vivido durante las jornadas realizadas se fue desvaneciendo entre los participantes, Mariana tuvo que partir, a cumplir una propuesta de trabajo en la ciudad de Medellín, las amigas decidieron continuar con la formulación del proyecto de la recuperación del humedal, esta vez comunicándose por internet…..

…….Y mientras transcurre el tiempo, el humedal sigue deteriorándose.

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